Dejamos atrás marzo, el mes que nos trae la primavera y un nuevo boletín en el que

compartir e informaros de las actividades que hemos hecho.

En primer lugar, siempre estamos pendientes de acompañar los diferentes procesos y cambios que se van produciendo en la convivencia y en el grupo. 

El jueves 2 de marzo, con el grupo de ritmos, recorrimos las calles de Mirones cantando las Marzas para dar la bienvenida al mes de marzo y con él a las futuras cosechas que vendrán, como se viene haciendo tradicionalmente en muchos pueblos de Cantabria.

Estuvimos también en el comienzo de las jornadas explorando patrones con figuras musicales y baquetas.

También tuvimos momentos de práctica de guitarra, teclado y ukelele.

En movimientos presentamos un juego de estrategia con toques medievales llamado “Jagger”. Y seguimos realizando juegos de calle donde escogieron jugar a la “Sardina”. Hicimos también juegos de agilidad mental. 

Nuestros retos de este mes:

  • Ciencias: terminamos nuestros circuitos de canicas, decorándolos, modificándolos y probando diversos elementos. Una vez entrados en dinámica, entendiendo la física del movimiento, la trayectoria, velocidad…; nuestros proyectos se van mejorando y es posible que continuemos algunos días más.
  • Inglés: hicimos proyectos personales con el grupo azul y en la pista con los morados juegos de estrategias. Con el grupo verde hemos leído e interpretado diferentes escenas de teatro en inglés.
  • Historia: conocimos con el grupo azul las partes de un Drakkar vikingo, vimos uno que se conserva actualmente en Copenhague, Dinamarca; todos los viajes que hicieron y los principales asentamientos de esta civilización antigua, además de juegos colaborativos para profundizar en nombres y personajes importantes de la época. 

Tuvimos una introducción a la Edad Media. 

Hicimos un juego interactivo sobre Egipto y Mesopotamia para el que trabajaron juntos ambos grupos resolviendo diferentes acertijos en cuatro equipos.

Por otro lado nos adentramos de lleno en la Edad Media y los caballeros, cada uno ha realizado un dibujo de su castillo y han realizado búsqueda de los que se encuentran en España, para una posible visitilla en el futuro.

  • Matemáticas: con los azules hemos seguido con otra sesión de fracciones a través de un bingo. Realizamos una yincana matemática en el jardín, en parejas donde tenían que encontrar y resolver diversos acertijos relacionados con las fracciones. Con el grupo morado hicimos juegos de lógica.

Repasamos las fracciones nuevamente realizando en la pizarra las actividades de diferentes maneras para que vieran cuál es la más fácil para cada uno de ellos y así tomen conciencia de que los problemas a veces tienen diversas soluciones con el mismo resultado.

  • Geografía: exploramos el mapa político de Asia.
  • Comunicación: hemos introducido la lengua de signos en las sesiones dirigidas de los grupos azul y verde, además de continuar con nuevo vocabulario con el grupo morado. 

Con el grupo verde leímos, transcribimos y tradujimos los poemas «Mariposa blanca», «Me pregunto» y «Un modo de disculparse» de Martha Asunción Alonso al catalán, al holandés y al valenciano, aprovechando algunas de las lenguas que conocemos. Con los morados hemos practicado lectoescritura con la máquina de escribir he inventado cuentos. 

Con los grupos azul y verde en los retos de lengua jugamos con abreviaturas, siglas, prefijos y adivinanzas; los lexemas, morfemas y tipos de palabras, conociendo varias del habla pasiega. El grupo morado sigue con sesiones de lectoescritura y cuentos.

Comenzamos con dos lecturas que nos acompañarán hasta final de curso: «Invisible» (Eloy Moreno) con el grupo azul, compartiendo percepciones y dibujando a nuestro guardián. Con el grupo verde empezamos también «El guardián entre el centeno» (J.D. Salinger), vamos viendo qué personajes aparecen y analizando expresiones que no conocemos del libro.

  • Pista: con los grupos verde y azul empezamos con dos sesiones de volleyball. Con el grupo morado hemos jugado al  escondite y atrapa de la bandera.

Realizamos juegos cooperativos entre los que destacamos el juego del director, donde alguien realiza un gesto, el resto lo imita y una tercera persona adivina quien realiza esos cambios.

  • Filosofía:  en el grupo verde hemos tratado el tema ‘happiness’, durante una de las sesiones de inglés, charlando y compartiendo nuestros hábitos que nos hacen sentir felices.
  • Tinkering: en el taller de tinkering y steam seguimos experimentando con poner un motor a una bicicleta y realizando diversas armas, iniciamos también una actividad para hacer nuestro propio papel reciclado, realizando algún arreglo eléctrico mediante soldadura.

Los proyectos:

La segunda parte de la mañana avanzan los diferentes proyectos sobre dibujo, mecánica, modelado con barro, enfermedades mentales, mapas interactivos, animales y programación.

Jimena compartió con el grupo una presentación sobre la evolución de los actores y actrices que interpretaron la saga Harry Potter y sus cambios físicos y en la vida real a lo largo de estos años.

Leo presentó el resultado de lo practicado con el programa Pivot a través de una historia animada de stickman que ha creado.

Luna nos presentó las hazañas de la adolescente australiana de 16 años, Jessica Watson, que culminó la vuelta al mundo en solitario a bordo de un velero de diez metros de eslora, tras recorrer unos 42.000 kilómetros.

Los talleres:

  • Teatro con Nuria:  siempre a través del juego, han empezado con ejercicios de relajación,  aprendiendo a respirar. Han participado en juegos para mejorar la comunicación y confianza entre el grupo,  juegos de cooperación y finalizaron con una pequeña obra improvisada.
  • Cocina con Susana. Las recetas elaboradas este mes fueron:
    • Hamburguesas de garbanzos y yogur casero con compota de manzana  crunchy.
    • Tortitas de quinoa y manzana con un postre de mug cake de avena, dátiles y chocolate. 

Los viernes:

  • 3 de marzo: nos hemos quedado en la escuela dibujando, tocando instrumentos, haciendo manualidades, hubo presentación de proyectos y proyectamos un capítulo sobre osos de la docuserie de National Geographic «Crecer como animal».
  • 10 de marzo: hemos acabado la semana recogiendo 11,400 kg de basura del río Miera como parte de nuestra contribución a una conciencia ambiental en el entorno natural en el que se encuentra el Proyecto y aprendimos algunas nociones del dibujo de bocetos al aire libre.
  • 17 de marzo: despedimos la semana con un itinerario Liérganes-Rucandio-La Cavada-Liérganes en el que nos adentramos en la cueva del Canónigo, donde apreciamos cómo el agua ha ido disolviendo la piedra caliza hasta formar un entorno kárstico. Finalizamos el recorrido en la Iglesia barroca de Santa María Magdalena, parando para comer y jugar en el área recreativa de Rucandio.
  • 24 de marzo: acabamos la semana con juegos de mesa y ping pong y la proyección de «Kubo y las dos cuerdas mágicas».

Para finalizar seguiremos indagando en nuestro patrón de acompañamiento más predominante de la mano de Jordi Mateu.

El acompañamiento ausente

En este tipo de relación el adulto no quiere o no puede sostener su presencia y convivencia con el niño, que se siente rechazado y culpable. En general, el adulto está cansado y desearía estar en otro lugar. La crianza le representa un esfuerzo, más que un gozo, que le priva del tiempo que necesitaría para hacer otras cosas que le llenan más. De hecho, el adulto suele llenar su vida de actividades no esenciales: se apunta a yoga, hace una carrera universitaria, corre maratones, etc., lo que sea, para escapar de su ansiedad latente y evadirse del presente. Se trata de personas que cuando están con los niños, no están plenamente. Juegan cinco minutos a la cocinita, pero están pendientes de cualquier estímulo para escapar: un mensaje de teléfono, una tarea doméstica que realizar, un libro sobre presencia que leer. Como es el caso en todos los tipos de acompañamiento, la ideología de la persona es coherente con la energía y las motivaciones emocionales, así que el acompañante ausente suele pensar que uno de los valores más importantes en las personas es la autonomía y la libertad. El padre ausente desea que sus hijos se las arreglen solos, afronten sus problemas por sí mismos, y tomen sus decisiones con firmeza. 16 Si tienen un hijo de temperamento inseguro, les fastidiará que el pequeño esté siempre a su lado, y le apremiarán a que se despegue y haga cosas con los demás. En cambio si tienen un hijo más bien activo y autónomo, les fastidiará que el pequeño se meta en problemas y tengan que dedicarle tiempo y esfuerzo para que deje de molestar. El adulto ausente suele tener una expresión cansada en el cuerpo e irritada en la cara. Al mirarlo, el pequeño percibe algo frío y distante, que le llena de insatisfacción y desequilibrio. Intenta llamar la atención del padre o madre, pero ninguno de sus intentos tiene éxito. Y si el pequeño tiene fuerza e insiste en su intento, a menudo recibe una reprimenda con un exceso de ira. A veces el adulto se siente culpable de sus actos y de su falta de convivencia y desea compensar su ausencia con regalos o privilegios para el pequeño. En algunas ocasiones el adulto desea incluso expiar su culpa con un acompañamiento con falta de límites. Cuando el niño tiene problemas, el acompañante ausente acostumbra a dar sermones y explicar con detalle lo que el niño debe hacer, con la esperanza de que el pequeño entienda sus razones rápidamente y deje ya de dar la lata. El adulto ausente suele ser una persona bastante mental, que no tiene una resonancia emocional muy grande. El exceso de energía aire no compensada le provoca una preocupación constante por el futuro, la planificación de acciones, el desarrollo de ideas, etc. A menudo esta activación mental va acompañada de una falta de fuego, de resistencia para sostener la acción, de manera que físicamente se cansa con cierta rapidez. Los niños en general son más activos que los adultos, y reclaman una entrega que al adulto ausente le cuesta sostener. Por otra parte, con frecuencia los adultos vivimos en una ansiedad constante como consecuencia de no haber entrado en paz con nuestra infancia. A lo largo de la vida vamos transitando vivencias que dejan una huella negativa en la autoestima: traumas, el vínculo con los padres o hermanos, las relaciones en la escuela, etc. Todas estas experiencias no integradas suelen generar un estado de ansiedad latente en el organismo que busca constantemente distensionarse. Como la expresión de la mayoría de estas tensiones son reprimidas, el adulto suele estar en un estado latente de ansiedad que se hace patente con intensidad cuando uno para. En la presencia, se toma consciencia del movimiento energético de fondo, unas emociones que en principio incomodan y asustan, y conducen al adulto a llenar de actividad su vida para no escucharlas. El adulto ausente acostumbra a buscar sus momentos de soledad o de compañía con otros adultos que no le reclamen ser cuidados. Le cuesta cuidar a otros, porque él mismo todavía necesita ser cuidado. Cuando está con los hijos, prefiere salir al exterior o al parque, ir en bici o hacer escalada, antes que quedarse en casa a jugar a construcciones. La falta de presencia de un progenitor, que en mi experiencia es más común en los hombres, hace que la responsabilidad en la crianza esté más centrada en la madre, y esto facilita también que el vínculo entre madres e hijos se fusione excesivamente. La falta de presencia del padre afecta también a la pareja, que se siente, como el hijo, descuidada y sola. La necesidad humana de relaciones íntimas e intensas, si no es satisfecha de alguna otra manera, puede llevar a la madre a buscarla a través de los hijos, situándose todos en unas dinámicas relaciones poco sanas. La falta de presencia y la ignorancia es una de las situaciones que mayor dolor provocan en los hijos. Los pequeños vienen al mundo con el programa genético de conseguir gustar, ser amados y cuidados. De ello depende su supervivencia. Fracasar en este intento de sentirse apegados produce una sensación orgánica de inseguridad, dolor y ansiedad, que serán la base de una autoestima dañada. 17 Cuando la relación con el adulto es dolorosa, el niño vive en un estado de tensión continuado, que puede expresarse de múltiples maneras: irritación, ansiedad, miedo, sobreactivación, aislamiento, etc. En ocasiones, implica también una cierta desconexión de la sensibilidad emocional. Si el apego con los padres ha sido frío y ausente, es fácil que el pequeño esté condicionado a no vincularse estrechamente con los demás, consigo mismo, o con los objetos y propuestas de aprendizaje. 

VALORES Y CREENCIAS DEL ADULTONECESIDADES DEL ADULTOPOSIBLES CONSECUENCIAS SOBRE LA PERSONALIDAD DEL NIÑO
Los niños han de hacer cosas por sí mismos.
La autonomía y la libertad es lo supremo.
Mi presencia no es necesaria.
Educar es dejar hacer y promover la autonomía
Frase resumen: No molestes, ¡Tu sólo!
Necesito estar en otro lugar Necesito libertadTengo que hacer muchas cosas
No puedo cuidar ni entregarme a ti
Falta de contacto CulpabilidadRabia e inseguridad
Desconexión con la emoción, frialdad
Marzo 2023 Mirones

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